El día que descendió mi equipo

Posted by Café Fútbol on 11:01

Acababa de subirme al taxi, a escasos 500 metros del estadio de Alajuela, mientras el locutor gritaba “goooool, de Liga Deportiva Alajuelense.”


Uhhhh - fue lo único que pude exclamar

Y va ganando Santos - dijo el taxista

Está feo Cartago – coincidimos.

Si, por cosas de la vida, no podía estar tranquilamente en mi casa ese domingo viendo el partido en santa paz .La situación se resume fácil; Cartaginés tenía tres puntos de ventaja sobre Santos. La diferencia de gol, favorecía a Santos, por lo que una derrota “brumosa” en Alajuela y el gane santista, daba la permanencia a los segundos, mi equipo.

Hacía una semana habían jugado, pero tras el dramático empate, nada quedó decidido. Pues mientras el taxi me llevaba a mi destino, la esperanza y la ilusión se incrementaban. Pero solo pasaron dos o tres minutos, ¡quien se acuerda! Y el grito de gol esta vez venía nuevamente de Guápiles. Pero no eran buenas noticias, Liberia había empatado y el empate no servía.

Mi destino no era la casa, así que tuve que conformarme con acabar de ver el primer tiempo, del partido entre Alajuela y Cartaginés, cuyo marcador no se movió, pero una expulsión de un defensa azul, ponía a Cartago contra las cuerdas, y prácticamente los dejaba dependiendo de otro resultado. Santos por su parte, tenía todo para salvarse. “Solo” necesitaba ganar.

Ya para el segundo tiempo si pude llegar a mi casa, sintonizar el canal y a sufrir. Pero el partido fue de muy escasas emociones, el Santos no tenía ideas y el coraje valía de poco, pues la desesperación tampoco permitía hacer la jugada apropiada. El 2-0 de la Liga ante Cartaginés, parecía un presagio. Pero el señor reloj, es implacable, y no perdona ni a los Santos. Y ya saben que el tiempo perdido hasta los santos lo lloran.

Minuto 90, se decretan 3 de reposición. Pero a esas alturas, la suerte estaba echada. Los jugadores habían hecho su esfuerzo, y las piernas ya no daban más. Aun así, había esperanza. Una genialidad, un remate que se desviara y se colara, un penal inventado, ¡que más daba! Cuando de sobrevivir se trata, el fin justifica los medios. Pero el equipo estaba con el Santo de espaldas y nada pasó. Se cumplió el tiempo y llegaron las lágrimas.

No lloré, quizá porque ni siquiera hubo drama sobre el final del juego. Pero era momento de sufrir, la aceptación tendría que venir después.

Santos perdía la categoría. En las entrevistas los valientes daban la cara, otros no podían hablar, y otros mas solo huyeron. El Ebal Rodríguez era un cementerio.

Y es que para mi el descenso regularmente había sido una tragedia que veía como la sufrían otros. En Honduras mi Real España alguna vez ha peligrado, pero hasta ahí. Y de ahí en adelante he escogido equipos “ganadores” en el resto de países. (bueno, eso era antes de que llegara el Café Fútbol. Ahora ha cambiado un poco) El Santos de México estuvo en peligro de descender el año anterior, pero se salvo gracias a los benditos - malditos promedios.

Pero siempre hay una primera vez. Y me llegó ese día. Ya olvidé la fecha, ¿para que recordarla? Con incredulidad escuchaba como una y otra vez los periodistas hacían énfasis en el hecho que Santos pasaba a ser de la Liga de Ascenso. No podía imaginar volver a ver fútbol de segunda en esa cancha.

En una especie de acto masoquista, vi la transmisión hasta el final. Escuche como entrevistaban a algunos aficionados indignados culpando a diferentes personas. El que mas votos tuvo, Ronald “el macho” Mora. Tomo al equipo, lo hizo jugar de forma aceptable, pero los resultados nunca lo acompañaron. Sacó del equipo a varios jugadores de experiencia, lo cual al final pesó en los momentos decisivos. Renovar al equipo esta bien, pero ni tanto, que se queme el santo. A su salida, dejó al club en una posición muy peligrosa.

Los directivos por su parte, prometían, como lo hace todo equipo que desciende, regresar a primera en el siguiente campeonato. Además de dar a conocer los proyectos de mejoras en la estructura del estadio y una cancha sintética de última generación, capaz de soportar las grandes cantidades de lluvia que caen en la zona. ¿Y ya para que? ¿De que nos sirve estando en segunda?

Como recordarán, cuando hablamos sobre la estructura del fútbol tico, de 22 equipos solo uno puede ascender. No solo hay que ser bueno, hay que tener constancia, saber jugar rondas de muertes súbitas y no puede faltar algo de suerte. Si no, que lo diga Grecia, que se quedo a las puertas del ascenso al caer en la final ante Ramonense, luego de ser el mejor a lo largo de todo el torneo de apertura, y la fase clasificatoria del clausura. Y tras haber hecho una fuerte inversión para contar con jugadores de experiencia.

El tiempo que no perdonó el día del partido, quizá tuvo remordimiento, y el mismo se ha ido encargando de sanar la herida. Hace poco, vi un reportaje sobre el equipo. Están trabajando fuerte en la pretemporada. La base se ha mantenido y se ha reforzado la línea delantera, con hombres que tiene experiencia en la categoría y su eficiencia ha sido probada por varios equipos. Más que un rayo de esperanza.

No lo creía entones y aun me cuesta. No puede hacerme a la idea de ver al Santos jugando en la liga de ascenso. Aun tengo la sensación de ver el Ebal Rodríguez listo para albergar algún partido contra Alajuela, Saprissa, Pérez Zeledón o Carmelita. Pero no será así, será en segunda contra los vecinos de Cariarí, La Suerte, Limón o Turrialba. Pero como suelen decir los jugadores en las entrevistas “son cosas del fútbol”

Por eso, desde el este recinto, rindo homenaje al Santos de Guápiles y a los equipos que han caido al abismo en esta temporada. Porque la grandeza no consiste en nunca caer, sino en levantarse despues de haber caido.